Entrevista a Carlos Alomar - Revista Pelo, Diciembre 1988
Desde 1974 es el brazo derecho de David Bowie, el hombre de confianza del Duque Blanco y el responsable de buena parte del trabajo implícito en cada uno de sus discos, desde “Young Americans” hasta nuestros días. Juntos compusieron temas como “Fame” bajo la mirada atenta de un deslumbrado John Lennon y entre las paredes de un mítico Electric Ladyland Studios que aún guarda la huella de Jimi Hendrix, a quien considera “el maestro de maestros”. De estatura regular, ojos claros, sonrisa fácil y risa más fácil aún, Carlos Alomar vino a Buenos Aires para participar de la presentación oficial de “Doble Vida”, el álbum de Soda Stereo que produjo hace algunos meses en Nueva York. Afirma que verlos en vivo fue un gran impacto para él y que una vez más “se gozó” (por usa sus propias palabras) con su descubrimiento de una banda latina que hace rockandroll y para la que tiene grandes planes. Sentado junto a la pileta del hotel donde se alojó durante su paso por Buenos Aires, Alomar afirmó que es un charlatán incurable [“¿Acá la palabra significa lo mismo que allá?”] y que su dedicación a la guitarra es “absolutamente espiritual y casi religiosa”…
En Argentina, en este momento hay un movimientos de expansión muy interesante y al mismo tiempo hay un afán muy mareado por parte de los músicos por dejar el localismo definitivamente de lado. Parte de ese movimiento se orienta a la búsqueda de otros mercados, especialmente en América Latina como paso previo de una conquista más importante como la de los Estados Unidos…
- Y, eso es muy importante. En Nueva York hay un hueco inmenso. Es que las bandas no están haciendo cosas importante, se conforman con hacer lo suyo de un modo apenas regular… Por eso es me interesa tanto Soda. Lo que pasa es que el grupo tiene un atractivo especial y que es el hecho de ser latino. Ahora, siendo latinos, ¿lo son realmente? Porque la música, de latina, ¡no tiene nada! Por eso yo creo que para “entrar” en los U.S.A ellos van a tener que agregar a su música algo de ritmo latino, para obtener una mezcla entre eso y el rockanroll...
Cuando se anuncio que producirías el disco de Soda y vendrías a la presentación, recuerdo que alguien me comentó que tu interés por la banda radicaba precisamente en que te había sorprendido mucho encontrar un grupo latino que no hacía música latina…
- ¡Claro! Yo siempre quise hacer algo dentro de ese estilo para los Estados Unidos pero es muy difícil siendo que no es frecuente encontrar un producto que valga la pena y que reúna condiciones como para entrar en el mercado. En Soda Stereo yo encuentro que puede ser porque tienen muy buena imagen, son jóvenes, tienen condiciones y talento…Al primero miembro de la banda que conocía Gustavo Cerati, que estaba en los Estados Unidos y a quien me presentó un amigo común. Me dijo que quería que yo produjera el disco. Yo no conocía al grupo aunque lo había oído nombrar y cuando escuché el primer material me gocé de que había encontrado un grupo latino de rockanroll. Les pedí algunos videos y demos del material que quería hacer y poco después recibí el video de México y el CD de “Signos”. Cuando llegué al tercer tema del video llamé a Argentina y dije: “¡Sí!” Después de hacer arreglado que iba a producir el disco, ¡descolgué el teléfono y seguí mirando el video! (risas)
Y así comenzó la gran aventura…
- La gran aventura, sí. Les dije que quería la grabación de los temas que quería hacer y me gustó lo que oí. En vez de grabar directamente, los llevé por un mes a una sala de ensayos. Había algunos temas que no me gustaban en su versión original…
¿Por ejemplo?
- “La Cúpula”, “En el borde”, “El ritmo de tus ojos”… No eran aceptables y se los dije. También les dije que hicieran otros temas. “¡Ay, Carlitos!” empezaron a decir ellos “no sé si podremos hacer otros temas…” Y yo “OK,OK… Haré algunos arreglos”. Los hice, los escucharon, les gustó y así lo hicimos. Una sorpresa muy grande para mi fue “En el borde”. Cuando lo estábamos haciendo, ellos vinieron y me dijeron “Mira, Carlitos, queremos un rap en el final del tema”. “¿Un rap?” dije yo, “¡No, yo no hago rap! ¡Yo soy un artista! ¡Yo hago rcokanroll!” Bueno, después que todo terminó, como ellos insistían dije “OK…¡Lo voy a hacer!” Puse las luces del estudio muy bajas, le pedí la botella de Chivas a Oscar (Saavedra) tome un traguito ¡y salió el rap! ¿Y sabes una cosa? ¡Me gustó! No quiero decir que ahora vaya a hacer rap pero fue un placer muy grande…"
